domingo, 30 de mayo de 2010

Pánico en el Transiberiano

Sabido es mi interés por el mundo ferroviario. Por eso cuando los trenes y el cine se juntan no me puedo resistir. Así sucedió hace años cuando, en un programa de la filmoteca, anunciaron la proyección de “Pánico en el Transiberiano”. Si a eso añadimos que es una producción española de 1972, con Christopher Lee, Peter Cushing, Telly Savalas y Silvia Tortosa en el reparto, mi estado pasó a ser de auténtico júbilo.

A principios del siglo XX, el Profesor Alexander Saxton (Christopher Lee) halla en Siberia los restos congelados de un homínido prehistórico. En su regreso a Londres decide viajar en el legendario tren, donde se cruzará con su colega y rival el Doctor Wells (Peter Cushing), una pareja de condes rusos, un monje fanático, una bella espía y un peligroso policía ruso.

Empieza la fiesta.

Dentro del homínido se encuentra dormido y congelado un ente que, al chacachá del tren, despierta y procede a poseer el cuerpo de un infeliz que pasaba por allí. Se suceden una serie de asesinatos, investigaciones, conspiraciones políticas y diálogos míticos: “Puede que uno de ustedes dos sea el monstruo” inquiere el inspector Mirov a Lee y Cushing. “¿Nosotros? Imposible, somos ingleses”.

La segunda mitad de la película reserva su aparición a la estrella invitada: el Capitán Kazan, un cosaco bebedor, xenófobo, mujeriego, sarcástico y violento, interpretado por un grandísimo Telly Savalas, que se lo pasa pipa convirtiendo a su personaje en la estrella de la función. Pero nuestro ente favorito sigue allí. Por fin, gracias a un experimento sin igual, uno de los pasajeros descubre que la extraña criatura es, en realidad, un extraterrestre atrapado en la Tierra desde la época de los dinosaurios. La criatura trata de escapar, convirtiendo a los cosacos en un ejercito de zombies, a los que habrán de hacer frente nuestros dos héroes, de los que nos habíamos olvidado.

Se que contado así puede parecer un sindios, pero muy al contrario. Su director; Eugenio Martín, con un bagaje de spaghetti westerns de calidad y “La vida sigue Igual” (starring Julio Iglesias as Himself), imprime coherencia a este aparente desaguisado, logrando no solo un producto digno. “Pánico en el Transiberiano” emula las producciones de la Hammer, contando con sus dos actores mas carismáticos, y llega por momentos a superar a algunas de ellas. Tiene, además, una ambientación y unos efectos especiales que, aunque hoy obsoletos, son mas que correctos para la época. Y si, es la mejor película de la historia del fantaterror español. Por cierto, que el difunto Paul Naschy la odiaba. ¿Envidia? Algo de eso había.

viernes, 21 de mayo de 2010

Otras 4 series que también pudieron ser...

...PERO TAMPOCO.

Segunda parte del anterior post. En esta ocasión las series a tratar se encuentran, al menos por mi parte, en una nebulosa de mi cerebro. Las recuerdo, si, pero débilmente. Aún así, la sensación de disfrute y diversión que experimentaba con alguna de ellas, aún permanece.

Las desventuras del Sheriff Lobo (1979 – 1980) 38 Episodios

Comedia policíaca que fue un spin-off de “Billie Joe y su mono”, a su vez versión de la película de Clint Eastwood “Duro de Pelar” (la del orangután). Mezcla de parodia de serie policial y película de coches de Burt Reynolds. El Sheriff Lobo es un tipo corrupto e incompetente que, incomprensiblemente, acaba haciendo lo correcto sin proponérselo. Esas cosas pseudomoralistas de la tele. En 2002 fue incluida en el puesto 36 de los 50 peores programas de la historia de la televisión norteamericana.

Los cuentos del Mono de Oro (1982) 22 Episodios

Inspirándose en, la entonces reciente, “En busca del Arca Perdida”(1981), esta serie, ambientada en los años 30, recrea las aventuras de Jake Cutter, un piloto de hidroavión que junto a su mecánico y su perro tuerto viven una serie de aventuras en la polinesia francesa. Otros personajes que andaban por allí eran el carismático dueño del “Monkey Bar”, la cantante, en realidad espía americana , el espía alemán que se hace pasar por cura, y una banda de contrabandistas y samuráis liderada por una princesa. Las historias mezclaban búsqueda de tesoros, rescates clásicos y lucha contra los nazis.


Traedlos Vivos (1982) 18 Episodios

Las aventuras del cazador, Frank Buck que, en un ejercicio de ecologismo sin precedentes para la época en que se mueve, se dedica exclusivamente a capturar animales vivos. También ambientada en los años 30, en Singapur. Nuestro héroe, que reside en un hotel de lujo, se enfrenta a peligros tales como espías, cazadores furtivos y delincuentes de todo pelaje y condición, y algún que otro nazi. ¿Alguien dijo Indiana Jones? Protagonizada por Bruce Boxleitner (Tron). No dejéis de ver el video de los créditos, donde todos los personajes miran y sonríen a la cámara. Impagable.

Chocky (1984) 6 Episodios

Larga es ya, la tradición de las series británicas de ciencia ficción, en todas sus vertientes: “Doctor Who”, “Torchwood”, “Enano Rojo”, “Max Headroom” o “Guía del autostopista galáctico”. “Chocky” fue otro intento. Basada en la novela homónima de John Wyndham. El problema residía en que estaba orientada hacia el público infantil, pero resultaba, o demasiado densa, o demasiado extraña. La historia: Mathew es un (grimoso) niño de 6 años que entra en contacto con una criatura extraterrestre; una extraña luz que solo él puede ver. Todo esto provoca que la relación con sus padres y el mundo resulte… complicada. ¿Estaba acaso hablando sobre esquizofrenia infantil? Como digo, demasiado extraña.



sábado, 15 de mayo de 2010

4 Series que pudieron ser...

... PERO NO

No, no es “El Equipo A” otra vez. No es la enésima revisitación de “MacGiver”. “El coche fantástico” ya apesta. Ni siquiera se trata de comentar que graciosa era “El gran héroe americano”. En esta ocasión vamos a hablar de grandes series de acción de los 80 de efímero éxito… o fracaso, y que en su mayoría solo duraron una temporada. Nótese que las cuatro se rigen, mas o menos, por el mismo patrón en lo que a personajes se refiere: Prota, compañero relativamente gracioso, mentor y/o policía que les persigue, y la tía, casi siempre secretaria portapapeles en una oficina.

Automan (1983) 13 Episodios


La sombra de “Tron” es alargada. Así lo prueba esta serie sobre un policía experto que te cagas en informática, creador de un programa que lucha contra la delincuencia capaz de autogenerarse en el mundo real en forma de holograma (el tal automan) con la posibilidad de transformarse en coche o helicóptero o lo que sea menester. Rigor científico ante todo.” Automan” fue una fallida producción de Glenn A. Larson, creador de “El coche fantástico”, “Magnum”, la “Galactica” original, y productor de la nueva, remozada y absolutamente genial “Battlestar Galactica”, quien no la haya visto que deje de leer y se ponga a ello.

El trueno azul (1984) 11 Episodios


Basada en la película del año anterior dirigida por John Badham, protagonizada por el gran Roy Scheider y Malcolm McDovell de malo. Una de las mejores pelis de acción de los 80. La serie renuncia a los componentes mas, digamos, oscuros de su predecesora, y se centra en una acción mas chusca y un humor mucho mas correcto. Entre sus protagonistas Bubba Smith; Hightower en “Loca academia de Policía”, y Dana Carvey; compañero de Mike Myers en “El mundo de Wayne”.


Lobo del Aire. Airwolf. (1984 – 1986) 56 Episodios


Parece que 1984 fue el año de los helicópteros. Esta serie tuvo mas éxito, así lo prueban sus tres temporadas. Viene a ser lo mismo de antes. Un superhelicóptero, un piloto actuando al margen de los conductos oficiales, en busca de su hermano desaparecido en Vietnam, una organización secreta, misiones suicidas y peligrosas, y Ernest Borgnine, añorando los felices días de “Grupo Salvaje”. Quizás sea mas recordada por la música de los títulos de crédito, al menos yo la recordaba por eso.

El Halcón Callejero (1985) 13 Episodios


Probablemente mas exitosa en España que en su país de origen. Su protagonista Rex Smith, ¿es posible que alguien se llame así?, fue durante un tiempo chico de carpeta, rivalizando en belleza y prestancia con Rick Astley o Don Johnson. La serie era como el coche fantástico con una moto. Pero clavao. Policía bajo una nueva identidad que trabaja con una organización secreta (otra) desfaciendo entuertos con su amoto. ¡¡Valgame el payo!!

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viernes, 7 de mayo de 2010

Supersonic Man

VUELVE EL HOMBRE... SUPERSÓNICO, CLARO

En el año 1979 de nuestra era, tras el triunfo apabullante de dos películas; “Superman” y “La Guerra de las Galaxias”, en un pintoresco país del sur de Europa alguien decide, así, de buenas a primeras, fusionar ambos éxitos en un nuevo y rocambolesco producto, para goce y disfrute de niños y mayores around the world. De este modo nace la que estaba llamada a convertirse en la gran superproducción española del año. Esta es su historia. 

Decidido a petar las taquillas, el director y productor Juan Piquer Simón, acreditado en ocasiones como J P Simon (pronunciese Yei Pi Saimon), pone en marcha su nueva criatura, a rebufo del éxito internacional del Hombre de Acero. La película, con un presupuesto muy por encima de lo habitual en el cine español de entonces, inicia su rodaje, con localizaciones en Alicante, Madrid y Nueva York, empleando para ello técnicas novedosas en España en ese momento, como el “front projection”.

La aventura comienza.

Debido a que los hombres del planeta Tierra “empiezan a utilizar peligrosamente su inteligencia” (Mejor eso que no usarla, creo yo… ¿o es lo que tiene la inteligencia?) un indeterminado organismo oficial de la galaxia de vaya usté a saber donde, envía a Kronos, uno de sus mejores hombres (suponemos) como medida preventiva, que parte hacia la Tierra al ritmo de la mejor música disco del momento.

Una vez aquí adquiere forma de actor porno de los 70 para pasar desapercibido (esto es una apreciación personal), y habrá de enfrentarse al perverso Doctor Gluck, que pretende dominar el mundo o algo así. Para lograr sus objetivos ha secuestrado al típico científico mayor que ya debería estar jubilado y cobrando una pensión. Su joven hija parte en su busca y así se cruza con nuestro héroe, que deberá enfrentarse a una serie de esbirros (Quique Camoiras entre ellos), una pelea de bar, un cuadriculado robot invencible y unas cuantas maquetas. El resultado os lo podéis imaginar.

Se trata, en definitiva, de un intento loable de dotar al cine español de entidad propia como producto de entretenimiento, y la verdad es que lo consigue, porque, otra cosa no, pero divertida es un rato. Fue un éxito de taquilla en su momento y hasta llegó a generar una serie de comics.

Maravillosamente ridícula, escandalosamente pulp. Pocas películas he visto que superen su nivel de divertimento sin complejos. Recomendable su visionado después de una sesión de Michael Haneke. Por cierto, “La Cinta Blanca” peliculón… también.

Supersonic Man… I Wanna Be.

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