Comenzamos haciéndonos eco de ciertos temas que traté en la anterior entrada al respecto: Las comunidades de vecinos y la seguridad ciudadana. En el caso de las primeras encontramos, una vez mas, sufridos presidentes de las mismas que han de hacer verdaderos esfuerzos ante las necesidades y problemas que plantea la convivencia vecinal, ejemplos:
También, como les comentaba, está el tema de la seguridad ciudadana y la prevención de delitos. Como aprendimos en la primera parte, lo mejor ante la delincuencia en potencia es cagarse:
Pero por encima del interés general, la gente necesita expresarse, comunicarse, establecer un diálogo con sus semejantes, llenar su vida con las vidas de los demás... o algo así.
Pero el diálogo no es solo una mera cuestión de ocio, el diálogo llega en ocasiones a ser una necesidad. Quizás no sea solo una conversación con otro ser, humano o no, puede ser un grito a la sociedad, al mundo, a quien quiera escuchar, un grito de auxilio tal vez...
... un grito que reclama a alguien que ya no está...
... un grito que llama a la reflexión...
... un grito de autoafirmación...
... un grito que quiere expandir tu mente... (este es de mis favoritos)
... o, directamente, un grito pa venderte algo.
Para culminar les muestro este misterioso mensaje, probablemente perpetrado por un grupete de jóvenes seminaristas en una noche loca de juerga, alcohol y fe. Benditos sean.
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