sábado, 16 de octubre de 2010

El Chabacano

UNA ANÉCDOTA ESCLARECEDORA DE LA IDIOSINCRASIA HISPÁNICA


Como si de un profesor o conferenciante cualquiera se tratara, me dispongo a relataros, sin ningún motivo en concreto, una de esas anécdotas de la historia que pueden decir mucho de la particular manera de ser y pensar de un pueblo o nación. España, y mas concretamente la España colonial en este caso.

Todos conocemos la palabra “chabacano” definida en el diccionario como “Sin arte o grosero y de mal gusto”. Tiene un segundo significado, que es el siguiente: Lengua hablada en las ciudades filipinas de Zamboanga, Basilan y Cavite, en la que predomina el vocabulario y las frases españolas sobre una estructura gramatical tagala o bisaya. Es de esto último de lo que me dispongo a hablar.

Nos encontramos a finales del siglo XVI, principios del XVII. La colonización española en Filipinas es un hecho. El desarrollo del comercio en las islas posibilita que algunos nativos se conviertan en terratenientes, cuyas posesiones florecen y les hacen acreedores de pingües beneficios. Dinero llama a dinero, y con el paso del tiempo algunos de ellos llegan a ser mas ricos que muchos de los colonos. Sin embargo algo falla, el dinero no es acompañado de poder. Así que muchos de ellos mandan a sus hijos a estudiar a las universidades de la metrópoli (Alcalá de Henares, Salamanca), regresando al cabo de los años, convertidos en unos licenciados de tomo y lomo, dispuestos y preparados para asumir puestos administrativos y de responsabilidad en el gobierno de las islas. Esto, por supuesto, no es del agrado de los españoles, que ven como su poder merma, en favor de los nativos, lo que, a la larga puede suponer su perdición. ¿Cómo evitarlo?  

Llegados a este punto cabe preguntarse cuales hubieran sido las soluciones puestas en marcha por otras naciones colonizadoras. En ese sentido solo podemos especular. Gran Bretaña, por ejemplo, hubiera prohibido directamente el acceso a puestos de responsabilidad a los nativos, cosa que podría haber provocado revueltas que serían sofocadas a sangre y fuego. Francia, tal vez, hubiera creado un sistema de leyes, normas, reglas y disposiciones tan intrincado y confuso que, aunque los nativos pudieran optar teóricamente a esos puestos, en la práctica sería imposible. Los españoles, en cambio, en su condición de tios cachondos y amantes del jolgorio, idearon un sistema mucho mas sencillo en su concepción. Un sistema que no prohíbe, ni restringe, ni impide.

Si el problema estaba en que obtenían títulos universitarios que les permitían ocupar puestos de responsabilidad, “impidamos que se licencien”, debieron pensar. ¿De qué modo? Muy fácil, enseñándoles mal el idioma desde niños. Así cuando lleguen a la universidad no comprenderán nada, o al menos suspenderán por faltas de ortografía. ¿Se puede ser mas retorcido? Fue esa educación “especial” la que dio origen al dialecto “chabacano”, que todavía hoy se habla en ciertas zonas de Filipinas.

¿Qué lección podemos sacar de esta historia? Hazte una FP de Electrónica… por ejemplo.

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