miércoles, 25 de enero de 2012

Una historia de la Guerra Fria


Os contaré... Nos encontramos en 1948, este conglomerado de naciones, religiones y culturas que es Yugoslavia, presidida por Josip Broz Tito (Tito a secas para los amigos) está inmersa en un momento de proximidad al régimen de Stalin, a pesar de que el grueso de la población no parece simpatizar con las tendencias socio-económico-culturales de los soviéticos. Así, Yugoslavia se halla en un momento de delicado equilibrio nacional.

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En esta tesitura las autoridades culturales del país necesitan encontrar "algo" que, de algún modo, una las posturas enfrentadas antes de que todo se balcanice. La respuesta: México. Si señor, una tierra lejana, en la que se habla de la revolución, en la que las aspiraciones políticas del régimen se ven hermanadas en un país plenamente occidental.... y ¡voilá!... de repente cienes y cienes de sucedáneos del folklore mejicano, grupos ingentes de mariachis comienzan a brotar por las calles de Belgrado, Sarajevo, Zagreb, Pristina... Kosovo parece Ciudad Juarez... bueno, tal vez exagere un poco. El caso es que surgen artistas de talla internacional como: Ljubomir Milic, Ana Milosavljevij, Nikola Karovi, Slavko Perovic o Nevenka Arsova, por poner una serie de ejemplos.

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Al final, por supuesto, la fiebre por lo mejicano cesó... supongo que tenían cosas mas importantes en las que pensar. Pero aquí quedan para el recuerdo los esforzados ripios de estos mariachis balcánicos que, aunque solo fuera durante un tiempo, lograron unir a base de rancheras y corridos a una sociedad en paz y armonía... hasta que.... en fin, ni cascos azules ni leches ¡Viva México!

¿Y Kusturica que opina de todo esto?

Procedan a continuación a degustar el estremecedor documento sonoro correspondiente.

PALOMA - AY CHAVELA !

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