De origen chileno, sus padres emigraron a Alemania cuando ella tenía 6 años. Allí estudió en la academia de arte de Karlsruhe, y tras una serie de cursos adicionales en Bélgica, Francia y Estados Unidos descubre su verdadera vocación artística: Los peluches. Obviamente no son peluches normales y corrientes, si no, no estaría hablando de ellos. Las creaciones de Patricia Waller tienen un alto contenido violento, pero su particular concepción hacen de ellas objetos curiosos, simpáticos y hasta tiernos. Os dejo una muestra, donde no duda en utilizar personajes conocidos por todos para recrearse:
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