miércoles, 21 de marzo de 2012

El tren de Arganda

Pita mas que anda


Años ha, en 1886 concretamente, se inauguró una línea ferroviaria que pretendía enlazar Madrid con Aragón utilizando una ruta alternativa. En 1921 llegó a la localidad de Alocén, situada en la comarca de La Alcarria, en la provincia de Guadalajara. Ese fue su cenit, pues nunca llegó a alcanzar Aragón. En 1953 cesó el tráfico de viajeros, limitándose al transporte de mercancías, especialmente entre la cementera de Morata de Tajuña y Vicálvaro. En 1997 se cerró definitivamente. Pero eso no significó su fin.









El puente sobre el rio Guadarrama

Tiempo después un proyecto del Metro de Madrid para llevar el ferrocarril metropolitano a Arganda del Rey, utilizó parte del trazado en la localidad de Rivas para tender las nuevas vías. Pero aquello no era un acto de buena voluntad para con la antigua línea, solo las obras del metro.

Todo parecía olvidado hasta que un grupo de aficionados y fanáticos del ferrocarril (frikis de los trenes que dirían algunos) juntaron su tiempo, esfuerzo y dinero para ofrecer una nueva oportunidad a los restos de este trazado.

Así, se funda el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (C.I.F.V.M.), una organización sin ánimo de lucro, que entre sus hazañas se cuentan el rescate, restauración y conservación de material ferroviario (sobre todo la locomotora Arganda), y de instalaciones (como la antigua estación de La Poveda), la creación de un museo y el mantenimiento de los 3 escasos kilómetros de vía métrica original que aún sobreviven. Todos los domingos sacan parte de su material y un montón de curiosos y aficionados (casi siempre con niños) pueden disfrutar de este recorrido.












Y después del trabajo, a casa

¿Qué les reporta esto? Económicamente nada, pero si la satisfacción de poder contribuir al mantenimiento de un patrimonio, generalmente dilapidado por organismos, buitres, gañanes y ese tipo de manifestaciones del borreguismo, analfabetismo e incultura típicos de este país. Ellos, como muchos otros, disfrutan con una afición que, como muchas otras, es vista como algo extraño, marginal y raro... como todo lo que no sea salir a emborracharse los fines de semana. Los aficionados al ferrocarril deberían estar (estamos) orgullosos de gente como esta. ¿Por qué no os acercais un día?

Os dejo con su página web: http://www.vapormadrid.com


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