viernes, 12 de febrero de 2010

Retrospectiva (II)



ESTAMOS PARA APOYARTE

Sofía era una chica de buena familia, mimada, consentida, educada, inteligente. La necesidad espabila, pero para ella la necesidad era solo un mito, algo que otras personas que salen por televisión sufren, en paises extraños o en barrios alejados del suyo. Nunca en su familia, nunca en sus vecinos, nunca en sus amigos, nunca en sus conocidos. Era como el chiste de la joven rica que va de viaje a Etiopia y pregunta que les pasa a los niños, alguien la contesta que no comen, ella se acerca a uno de ellos, con las moscas alrededor y le dice en tono maternal: "Que hay que comer". Sofía era un poco así. 

Era inteligente, como ya he dicho, pero la inteligencia no está reñida con la ingenuidad, a veces se solapan incluso. El mundo real puede ser muy duro para un alma plena de ingenuidad y, por que no decirlo, de candidez. Tales cualidades se salvaguardan de manera mas eficiente acudiendo a una rutina, en el vestir, en el comer, en el salir, en los lugares. Si, porque sin duda los lugares a los que acudimos habitualmente pueden decir mucho de nosotros. Suelo ir a bares de topless por la música... puede ser, pero no. Sofía era feliz en su pequeño mundo, el mundo que ella no creó pero que si la creó a ella. No entendía porque no toda la gente puede disfrutar de igual modo. ¿Por qué esa necesidad de realizar penosos trabajos para subsistir? ¿por qué no todos podían vivir la vida como ella? Porque sus padres no eran altos ejecutivos de una multinacional. ¿Acaso era culpa suya? ¿Entonces porqué la odiaban aquellos chicos del barrio al otro lado de la urbanización? Ella hubiera querido que muchos de ellos no se hubieran puesto a trabajar a los 18, y si que la acompañaran en su eterno goce y divertimento. La culpa es de gente como tu padre, la dijeron una vez. Pero papá, trabaja todos los días, a veces pasa muchos días fuera y siempre me trae algo. Es muy bueno. Como ya digo, la inteligencia y la ingenuidad a veces se solapan.

Ramón apareció en su vida de golpe. Un 17 de Agosto su padre llegó acompañado de, como él mismo lo definió, uno de los jóvenes valores mas brillantes de la empresa. No se puede decir que Ramón fuera guapo, sus modales eran los justos, correctos y silenciosos, sin embrago a ella... no le gustó en absoluto. Parecía mas un amigo de su padre, de hecho era mayor que ella. Las visitas de la joven promesa se fueron haciendo habituales y, poco a poco, casi sin darse cuenta, acabaron yendo juntos al cine. Maldito cine. La boda se celebró casualmente un 28 de Marzo, acudió todo el mundo mundial y tanto el vestido, como la ceremonia y la tarta fueron absolutamente divinas. Un sueño hecho realidad.

Al cabo de cuatro meses, tras la insólita luna de miel en Bangkog, Amsterdan, Las Vegas y Aranda de Duero, la vida procedía a establecer una nueva rutina, con nueva casa, nueva urbanización y hasta nuevas amigas. Por un momento Sofía se vió abocada al desaliento, y el interés amoroso hacia otros hombres que, tiempo atrás, solía satisfacer sin demasiadas complicaciones, se vió en esta ocasión frenado por su nueva situación de casada, ahora había que comportanse en concordancia. Esas nuevas amigas la iniciaron en nuevos hobbys tales como el bridge (eso es para viejas), pilates (para tias raras), punto de cruz (para solteronas), club de lectura (para pedantes), golf (para hombres). El caso es que nada parecía satisfacerla, no al menos durante un periodo prolongado de tiempo, y regularmente era necesario renovar el vestuario, el coche o la batería de cocina según el entretenimiento del momento. Menos mal que sus nuevas amigas estaban siempre ahí, abriendo su mente a un mundo de ocio sin igual.

¿Y Ramón? Bien, gracias.

Estamos Para Apoyarte (2004) from Senén Fernández on Vimeo.

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