sábado, 13 de febrero de 2010

Retrospectiva (III)


DÍAS PERDIDOS

Te llamaremos. ¿Cuantas veces escuchó Luis Garcia Pino (Luis Pineda de nombre artístico) esa frase? Después de tantos años ya estaba inmunizado, era una respuesta habitual. Y del mismo modo, lo habitual era no recibir respuesta. Hubo momentos en los que todo pasaba por esa llamada. Una vez vale, dos tambien, tres puede que haya fallado algo, cuatro... ¿realmente soy tan malo? Si y no. El talento natural es necesario desarrollarlo, pero también es necesario otro tipo de talentos, el de venderse, el de caer en gracia, el de saber con quien hablar, y la suerte de tener el respaldo necesario.  No basta con ser bueno en lo tuyo, has de serlo en otras disciplinas para las que la vida no te ha preparado. Sonreir, aparentar, vender, mentir. Dada su vocación eso debería ser facil. Técnicamente si, pero las técnicas de marketing están seriamente reñidas con la integridad moral. No podía rendirse, y no lo hizo, aunque hubo una vez que estuvo a punto. Tantos años de esfuerzos, sacrificios, miradas, reproches, para nada. No es el ser reconocido por la mayoría, es el ser reconocido por unos pocos.  Pocos a los que conocía muy bien y que le conocían a él. La mayoría se puede ir a la mierda, que sabran ellos de todo lo que hay detrás. El ser una nueva aparición, una nueva etiqueta, similar a otras, que gustará mas o menos. Pero los pocos, saben lo que hay, saben que deberan tragarse sus palabras, sus risas y comentarios. Llega un punto en el que la venganza nos motiva mas que la ilusión.

Asumido el fracaso ya no hay nada que perder. Disfrutemos, pues. No obstante para el difrute es necesario una logística, es necesario que seas llamado, si no es asi, puedes ser tú mismo el que organice el circo. Jefe de pista y trapecista a un tiempo. ¿Y quien se encargará de dar de comer a los elefantes? ¿Como se levanta la carpa? Quizás no sea tan buena idea. Un buen trapecista no ha de saber de todo. En este punto se plantea la necesaria intervención de la palabra mágica: dinero. ¿La manera mas facil de conseguirlo? Trabajando. Pero trabajando de verdad, como decían "los pocos". De aquí para allá. Un trabajo cómodo, rodeado de buena gente, insustancial y llevadero, pero que abarca desde que sale el sol hasta que se pone. ¿Quien tiene tiempo de levantar la carpa? Otro intenso, rutinario, rodeado de gente miserable que creen que su esfuerzo inutil será reconocido por los siglos de los siglos, pocas horas en las que la mente y el físico son exprimidas todo lo posible. ¿Quien tiene ganas de levantar la carpa? Uno cómodo, rápido, sencillo, limpio, con su encanto, son sus pequeñas compensaciones en el día a día. ¿Quien se acuerda de levantar la carpa? Visto lo visto, será mejor dejar la idea del circo aparcada, de momento.

Poco a poco fué cayendo en la cuenta de que su talento estaba a flor de piel. Era algo que la gente practica en el día a día sin saberlo. El inconsciente colectivo se nutre de esas habilidades que solo unos pocos desarrollan. Un día, sin saber muy bien como ni porque, el talento afloró de manera natural, casi instintiva, en una absurda situación cotidiana venida a peor. Salió indemne. ¿Era posible? Un triunfo, silencioso, interior, casi anónimo, pero un triunfo. Satisfacción. No recordaba demasiados momentos en los que hubiera sentido lo mismo en su vida. Eran ya tan lejanos que ni pertenecían a la categoría de recuerdos, mas bien a la de mitos. Con renovada inspiración se encaminó hacia una nueva producción días mas tarde. ¡Gran éxito! A partir de ahí, todas las semanas, su exhibición era aplaudida a rabiar por los espectadores escondidos en su corazón. El público se levantaba de las butacas y le ovacionaba incansablemente. ¿Era posible tanta felicidad? Pero cayó en el pecado de la codicia, cuanto mas tenemos mas queremos. La gente de la calle es demasiado pasiva, asumen lo que les llega y tratan de sortearlo. ¿Donde está el riesgo? ¿Donde está ese abismo que te mira? Aqui no, sin duda. Habremos de salir a su encuentro.

Días Perdidos (2006) from Senén Fernández on Vimeo.

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